Antonio Damasio afirma "Desde una época muy temprana de mi vida se me había advertido que las
decisiones acertadas procedían de una cabeza fría, que las emociones y la razón no se mezclaban, como el aceite y el agua". (1994, pág 1)
Me gustaría tener estudios acerca de lo que voy a decir y advertir a continuación, pero aunque no los tengo, basta con el puñado de personas de diferentes edades en mi país (Colombia) y tímidamente escribo con base en lo que me han contado amigos de otros países con que he hablado del tema, para poder afirmar que las emociones se han aislado totalmente del proceso de razonamiento. En nuestros colegios, universidades, hogares y donde fuere que se contribuyera en el proceso de formación-educación como es el
deporte por ejemplo, se enseña un proceso de toma de decisiones totalmente separatista y reduccionista como afirma Antonio Damasio.
Este neurólogo portugués Antonio C. Rosa Damasio demostró que razón y emoción no están en campos separados, a través de pruebas con sus pacientes siendo uno de ellos "Elliot" que tenía una lesión en la región prefrontal ventromediano del cerebro (región implicada en la toma de decisiones emocionales (psiquiatría, 2009) probó la conexión que existía entre la pérdida de emociones y la falta de toma de decisiones (Damasio, 1994).
De allí surge su hipótesis. Antonio Damasio afirma "los marcadores somáticos son un caso especial de sentimientos generados a partir de emociones secundarias. Estas emociones y sentimientos han sido conectados, mediante aprendizaje a resultados futuros predecibles de determinados supuestos. Cuando un marcador somático negativo se yuxtapone a un determinado resultado futuro, la combinación funciona como un timbre de alarma. En cambio, cuando lo que se superpone es un marcador somático positivo, se convierte en una guía de incentivo". (1994. pág 166).
En otras palabras, cuando una experiencia asociada a carga emocional genera sentimientos agradables o desagradables en torno a la situación vivida, en un futuro ante una nueva decisión nos ayudará a tomar un camino.
En este maravilloso juego llamado fútbol donde una de sus dimensiones (cada vez somos más los que creemos que es la supradimensión de este deporte), la toma de decisiones debe ser estimulada en el jugador. Se ha cometido un error doctrinal provocado por nuestra formación cultural separatista y reduccionista, donde no tenemos en cuenta la actividad emocional del deportista, nos dedicamos a enseñar conceptos ante principios de juego para que tomen mejores decisiones, pero JAMÁS propiciamos emociones en el jugador para que en el momento de competencia pueda resolver de la mejor manera.
Hay dos formas de razonar: razonamiento teórico y razonamiento práctico.
El primero, el cual es con el que nos han enseñado a decidir, plantea que para llegar al mejor "camino a seguir" debes considerar muchas variables, estadísticas y comparaciones; este es un razonamiento que conlleva mucho tiempo donde para un aula de clase donde tienes una hora, un lápiz y un papel, se torna fantástico, pero ante la vida y el fútbol donde tienes segundos para pensar, sumado a grandes cargas emocionales en el momento, es un razonamiento no aplicable. Amable lector, sólo piense en lo siguiente: bajo este razonamiento, el volante central al recibir la pelota, lo primero que debería hacer es calcular jugadores en linea de pase en las bandas y el centro, comparar entre sus compañeros quién resolvería mejor, debería calcular cuántos rivales hay en banda y en el centro para buscar la zona menos poblada por el rival, etc; mientras que hace todo ello le han robado la pelota.
El segundo nos expone algo diferente; propiciar y educar en emociones y sentimientos al jugador para tomar decisiones en cuestión de minutos-segundos.
Editamos videos a los jugadores para que miren errores, les mostramos las variables y cuál era la mejor decisión, tomamos la pizarra y enseñamos movimientos y jugadas que debieron haber hecho en esa particular decisión. Yo no ignoro que la teoría es una dimensión del fútbol y de gran importancia, pero cuando se desplaza un factor determinante en las decisiones como son las emociones, algo no anda bien.
Nuestras tareas en campo que deberían estar en el razonamiento práctico no propician y educan emocionalmente; no hay tareas desafiantes, no hay competencia entre ellos. no hay incentivo, no se les crea la dualidad deseo/dolor ante ganar o perder ante su rival en una tarea, son monótonas, aburridas y,
cuando un jugador pierde control emocional no le educamos para que aprenda a dominar sus impulsos con tan siquiera un poco de energía que lo hacemos cuando no hace correctamente una cobertura, ¡grave error!
Aunque las estrategias del razonamiento teórico estuvieran perfectamente ajustadas ante la
incertidumbre y la complejidad del ámbito personal y social no podría enfrentarse adecuadamente a estos factores (Damasio, 1994)
LA IMPORTANCIA DE PROPICIAR EMOCIONES
"La calidad de aprendizaje durante el entrenamiento va a depender del entorno en que se realice ese aprendizaje... este ambiente genera respuestas emocionales que favorecen el aprendizaje cerebro-compatible. Entre las respuestas emocionales más importantes encontramos el entusiasmo, la motivación, el compromiso, la creatividad y la sinergia". (afta campus virtual, 2005)
Las tareas de entrenamiento así como contienen objetivos tácticos, técnicos y físicos deben estar en la capacidad de propiciar emociones positivas en el jugador. Tareas que motiven, incentiven, provoquen retos, generen competencia en la persona y el equipo.
Cada vez son más los neurocientíficos que enseñan la importancia de las emociones positivas en el estudiante para facilitar su aprendizaje; cuando el deportista entra en estado de flujo como le llama Daniel Goleman (emociones canalizadas y positivas) está abierto para adquirir y comprender conocimiento.
El cerebro tiene dos sistemas de memoria: uno almacena datos corrientes, el otro almacena datos con carga emocional quedando este registrado con especial fuerza (Goleman, 1996)
LA IMPORTANCIA DE EDUCAR EMOCIONALMENTE
Cuánto me gustaría poder ampliarme en demasía en este tema, pero prefiero que sea conciso (porque conozco lo poco que gusta leer en este lado del mundo).
Al llevar un tiempo investigando sobre este tema, he quedado absorto de la importancia del mismo y de lo poco que se habla, se escribe y se enseña. Conozco personas llenas de títulos académicos y conocimientos, que ante una situación en la vida social de una resolución ética y moral sencilla termina reaccionando pésimo y quedando como una mala persona; ¿por qué? hemos sido educados con gran conocimiento teórico pero en la realidad de la vida donde se presentan grandes cargas emocionales es un campo que jamás recibimos instrucción y el fútbol no es la excepción.
Educamos en conceptos, principios de juego, corregimos gestos motores y técnicos, pero ante un desborde de emoción del jugador ¿cuándo hemos corregido? (aunque primero deberíamos corregirnos nosotros los entrenadores).
En vez de burlarnos y llamar "cagón" a un jugador (espero que muchos entrenadores de fútbol base lean esto, lo escribo con el ánimo de construir) ¿por qué no nos preocupamos por enseñarle a controlar el miedo?; yo soy un entrenador enamorado por el conocimiento y el aprendizaje y me gusta ver entrenamientos de colegas desde iniciación deportiva hasta fútbol profesional y veo cómo corrigen acérrimamente componentes técnicos-tácticos, pero cuando un jugador se desborda en emociones negativas no veo la corrección. "La ira es el estado de ánimo que la gente peor domina" (como se cita en "la inteligencia emocional", Tice, 1996) y en este juego no es la excepción, el gran problema de esto es que hemos (y allí me incluyo que por un tiempo lo hice) cuando un jugador se desborda en enojo, por ejemplo, lo pasamos desapercibido (sin dejar de lado la implicación disciplinaria que ello puede desencadenar, y en el ámbito social el jugador deja de ser en ese momento una parte positiva y se constituye un mal ejemplo para la sociedad); en el entrenamiento y el partido pierde el enfoque, deja de aprender, de tomar buenas decisiones, empieza a contagiar a los demás y a constituirse en un agente de emociones negativas que interferirán nocivamente en el aprendizaje y toma de decisiones de él y sus compañeros.
Daniel Goleman afirma: "las demostraciones emocionales, por supuesto, tienen consecuencias inmediatas en el impacto que producen en la persona que las recibe" (1996, Pág 142)
" ... las señales de emoción intensa- ansiedad, ira y otras similares- pueden crear interferencias nerviosas saboteando la capacidad que tiene el lóbulo prefrontal para mantener la memoria operativa"
(1996, Pág 46).
En conclusión, el desborde de emociones negativas entorpecen la capacidad del cerebro para tomar decisiones y las transfiere a su entorno.
BIBLIOGRAFÍA
-Damasio, A.R, (1994). El error de descartes: la emoción, la razón y el cerebro humano. New york: Putnam (Grosset Books).
-Goleman, Daniel. (1996). Inteligencia Emocional.Barcelona, España: Kairos
-Técnica y entrenamiento I, clase 4. (2005). Recuperado de http://www.atfacampusvirtual.com
- Funciones de la corteza prefrontal ventromedial en la toma de decisiones emocionales. (2009).Psiquiatria
PROFESOR FELIPE RAMIREZ Z.